domingo, 30 de noviembre de 2008

ATLETICO 4 - RACING DE SANTANDER 1

A RITMO DE FORLÁN. El uruguayo, que cumplía 150 partidos en Primera, anotó dos tantos y dio otros dos, uno a Simao y otro a Agüero. El Racing no mereció tanto castigo por juego y actitud. César Navas dejó a los de Muñiz con diez a la media hora de juego por una brutal entrada a Assunçao.
Engañosa victoria del Atlético ante su público. Los de Aguirre han terminado goleando a un Racing cada vez menos sorprendente que realizó un gran juego y mereció, si no el empate, al menos un resultado menos abultado. Diego Forlán lideró una victoria colchonera que acerca a su equipo a puestos de Champions, pero no fue ni mucho menos una tarde plácida. El Calderón llegó a pitar a los suyos airadamente, hasta que apareció el uruguayo.
El Racing salió como si fuera el titular del estadio. Fue a por la victoria desde el pitido inicial y lo hizo con convencimiento, con una fe brutal en sus posibilidades, tal y como les hemos visto en sus últimos desplazamientos. El plan de Muñiz, ahogar la salida del balón atlética desde la raíz tratando de aprovechar las carencias del conjunto de Aguirre en ese sentido, dio sus frutos antes de lo esperado. Cuando tan sólo se llevaban seis minutos de juego, Heitinga, que cada vez está más cerca de pasar a engrosar la nómina de centrales fracaso del Atlético (veáse Andrei, Gamarra, Iván Rocha...), se olvida de despejar y termina cometiendo un escandaloso penalti sobre Tchité. Medina Cantalejo le perdona la expulsión al holandés, y el delantero santanderino hace su quinto gol en Liga.
El comienzo de partido había enfriado los ánimos locales mucho más que las gélidas temperaturas que registraba el Calderón. El Atlético se pasó un cuarto de hora tratando de encontrarse a si mismo sin conseguirlo. Maniche no había entrado en juego hasta el momento y tardó en dar señales de vida, y la pareja de centrales bastante tenía con aguantar los continuos envites de Munitis y compañía. Con las bandas inoperantes, lo único que le quedaba al conjunto rojiblanco eran sus delanteros. Forlán y Agüero comenzaron a ejercer todos los roles posibles y poco a poco iban poniendo algo de orden sobre el césped. Mención a parte merece el Racing, que a pesar de ir por delante en el marcador siguió jugando del mismo modo, valiente, con cabeza y sin especular. Así da gusto.
Al Atlético el juego del Racing no le venía mal del todo. Un equipo vertical que plantea un encuentro abierto y con espacios. Los rojiblancos siempre tienen graves problemas a la hora de desatascar encuentros, la maldita falta de un cerebro. Y lo cierto es que parecía más cercano el segundo tanto visitante que el empate, hasta que el encuentro, en quince minutos, dio un giro decisivo para el resto del encuentro. Los acontecimientos sucedieron de la siguiente forma.
A los 20 minutos, la asociación 'Kun'-Forlán entró una vez en acción para posibilitar el empate, obra de Simao, aunque el 70% del gol habría que dárselo al uruguayo por la genial asistencia que se inventó para dejárselo al portugués a medio hacer. Una vez más, el Racing continuó con su esquema, con su homenaje al fútbol al menos por actitud, con un Pereira endiablado, digno aprendiz de Munitis. Pero diez minutos después de la igualada, César Navas perdió la cabeza y dejó a su equipo con diez tras una brutal agresión (porque eso es una agresión, no una entrada) a Paulo Assunção. El brasileño no tenía ya apoyada la rodilla en el suelo, lo que le salvó de una lesión que a buen seguro hubiera sido muy larga.
Sin apenas tiempo para que Muñiz reorganizara a sus hombres y a los espectadores se nos deshiciera el nudo en el estómago por la repetición de la acción, el Atlético se adelantó en el marcador, de nuevo gracias a la dupla sudamericana del Manzanares, con Forlán de nuevo asistiendo y Agüero en este caso rematando. El Atlético se encontraba arriba en el marcador sin apenas haber hecho méritos, o al menos no más que el rival. Y con un hombre más sobre el campo para lo que quedaba de encuentro.
Forlán en estado puro
A priori la segunda parte debía ser al menos lo más parecido a un paseo para un equipo como el Atlético de Madrid en su estadio ante un equipo en inferioridad. Nada más lejos de la realidad. El Atlético tampoco fue capaz de sentenciar con circunstancias tan favorables. Y lo peor de todo es que parecía que era el Racing el que jugaba con un hombre más. El equipo santanderino, aunque con menos regularidad que en la primera parte, siguió mirando constantemente a la portería contraria, llegando al área de Leo Franco con peligro y, en definitiva, dando una imagen digna de elogio por la entrega de sus jugadores.
Pereira comenzó con la serie de avisos al poco de comenzar la segunda mitad con un disparo desde la frontal aprovechando un malentendido entre Ujfalusi y Heitinga. Poco después el pequeño delantero gallego encaraba ya al guardameta argentino cuando Medina anulaba la acción por un fuera de juego inexistente. El Racing no sólo merecía más, sino que provocaba los primeros pitos de la grada.
El Racing era superior y merecía mayor premio que el que hasta el momento conseguía. La respuesta atlética era escasa. Hasta la media hora de juego la única acción de peligro había sido un supuesto penalti sobre Maxi. Medina lo llegó a señalar a instancias de su asistente, aunque segundos después daba marcha atrás al reconocer el línea su error. Agüero sólo ofrecía ya alguna acción aislada, y Simao estaba a estas alturas completamente desaparecido, y eso es un gran lastre teniendo en cuenta el buen momento por el que pasa el luso.
El único recurso que le quedaba al Atlético era Diego Forlán. El uruguayo estaba en una gran noche. Se notaba cada vez que entraba en contacto con el balón, jugaba y hacía jugar, justo lo que necesita este equipo. Lástima que no se le pueda poner de medio centro. El uruguayo sacó las castañas del fuego a Aguirre cuando más feo se ponía el asunto, con el público ya de uñas con su equipo. Primero con un lanzamiento con la zurda desde la frontal, y luego con un cabezazo a pase de Paulo Assunção, el charrúa dejaba sentenciado el encuentro. Exhibición para quitarse el sombrero del '7'.
Finalmente el Racing sucumbió ante la lógica, aunque el marcador es de lo más injusto, por juego y ocasiones. Cierto es que pudo ser mayor. Agüero erró una ocasión al final por querer bordarlo, pero el Racing fue mejor equipo prácticamente durante todo el encuentro, aunque su atrevimiento quedó sin premio. El Atlético se sitúa a tres puntos de los puestos de Champions, aunque sigue dejando más sombras que claros con su juego.

No hay comentarios: